Hipoacusia o sordera: síntomas, causas y tratamiento
La hipoacusia o sordera es la disminución de la sensibilidad o capacidad de auditiva. La persona que padece pérdida auditiva no es capaz de oír sonidos suaves por encima de los 20dB. Esta pérdida se puede dar en uno o ambos oídos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 432 millones de adultos y 34 millones de niños en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante (superior a 40 dB en adultos y 30 dB en niños).
La hipoacusia se puede deber a diferentes causas y manifestarse en cualquier etapa de la vida, no solo en la vejez. Por esto, te invitamos a conocer más sobre los tipos de hipoacusia, síntomas y tratamiento.
¿Cómo saber si tengo pérdida auditiva?
Algunos síntomas que pueden indicar pérdida de audición son:
- Pedir muy a menudo a las personas que repitan lo que acaban de decir.
- Sentir zumbidos en los oídos.
- Creer que las personas de alrededor hablan en voz muy baja o murmuran con frecuencia.
- Manifestar problemas para entender todas las palabras en una conversación o tener dificultades para entender una conversación cuando se está en grupo o en grandes multitudes.
- Hablar muy fuerte o utilizar el volumen de la radio o del televisor demasiado alto.
- No poder oír sonidos tales como el timbre de casa o el goteo de una canilla.
- Cuando se está de espalda al interlocutor o a la fuente de sonido la persona tiene dificultades para escuchar.
- Cada vez son más difíciles las conversaciones telefónicas.
¿Cuáles son las causas de la hipoacusia?
Las causas de la hipoacusia o sordera pueden ser congénitas o adquiridas:
Causas congénitas
Las causas congénitas pueden determinar la pérdida de audición poco después de nacer o en el momento del nacimiento. Los factores pueden ser hereditarios o deberse a complicaciones durante el embarazo y el parto. Por ejemplo:
- Bajo peso al nacer
- Falta de oxígeno al momento del parto
- Rubeola materna, sífilis o cualquier otro tipo de infecciones durante el embarazo
- Ictericia grave (trastornos hepáticos) durante el periodo neonatal. Puede llegar a lesionar el nervio auditivo del bebé
Causas adquiridas
La pérdida de audición se puede dar a cualquier edad debido a:
- Infecciones crónicas del oído
- Traumatismos en el oído o craneoencefálicos
- Exposición excesiva al ruido en entornos laborales. Por ejemplo con máquinas ruidosas o en actividades recreativas (uso de auriculares con el volumen elevado durante periodos de tiempo prolongados)
- Parte del proceso de envejecimiento
- La obstrucción del conducto auditivo causado por cerumen o cuerpos extraños
- Presencia de líquido en el oído (otitis)
- Enfermedad de Ménière
- Algunas enfermedades infecciones tales como el sarampión, la meningitis o parotiditis (papera)
¿Cuáles son los distintos niveles de sordera?
El nivel de hipoacusia que padece una persona se clasifica en:
- Audición normal: La persona puede oír sonidos suaves por encima de 20 dB.
- Hipoacusia leve: A la persona se le dificulta entender el habla en entornos ruidosos. También, le cuesta escuchar susurros o cuando el volumen de voz es muy bajo. En estos casos, la hipoacusia en el mejor oído ronda entre 25 y 39 dB.
- Hipoacusia moderada: En estos casos al sujeto se le dificulta entender el habla en un volumen normal de voz. La hipoacusia se ubica entre 40 y 69 dB. En este punto cuesta entender el habla sin audífonos.
- Hipoacusia severa: La hipoacusia en su mejor oído se ubica entre 70 y 90 dB. La persona requiere prótesis auditiva o un implante coclear ya que solo puede percibir algunos sonidos fuertes.
- Hipoacusia profunda: En estos casos, la hipoacusia es de más de 90 dB. La persona no puede oír lo que se habla, salvo algunos sonidos fuertes que llega a percibir.
¿Qué tipos de hipoacusia existen?
La hipoacusia no solo se diferencia por grados e intensidad. De acuerdo al lugar del oído donde se ubique una lesión, se pueden diferenciar distintos tipos de hipoacusia o sordera:
1. Hipoacusia neurosensorial:
La lesión se encuentra en el oído interno o en el nervio auditivo. Las causas suelen ser congénitas debido a motivos genéticos o producidos por traumatismos, exposición continua a niveles altos de ruido. Dependiendo del grado o intensidad de la hipoacusia la persona necesita un audífono o un implante coclear para recuperar la audición.
3. Hipoacusia mixta:
Es causada por obstrucciones en el oído externo o medio que impiden el paso de las ondas sonoras al oído interno. También puede deberse a infecciones (otitis), tímpanos perforados, malformaciones del oído medio y externo. Estos casos suelen responder bien con tratamiento médico o con audífonos.
3. Hipoacusia mixta:
Existe pérdida auditiva por problemas tanto en el oído externo o medio como en el interno. La persona escucha los sonidos más bajos y le cuesta entenderlos.
Diagnóstico y tratamiento
Cuando los problemas auditivos comienzan a interferir en la vida cotidiana, no desaparecen o empeoran, es recomendable contactar con un profesional médico.
El diagnóstico de la hipoacusia se puede realizar a través de varias pruebas. Entre ellas se encuentran pruebas físicas para detectar algún tipo de lesión, inflamación o cerumen en los oídos y una audiometría.
La situación de las personas que presentan disminución auditiva puede mejorar con el uso de audífonos, implantes cocleares u otros dispositivos de ayuda auditiva.
Es importante tener en cuenta que la detección y tratamiento temprano de la hipoacusia puede evitar mayores daños cognitivos. Además, dicho tratamiento va a depender de la causa y la intensidad de la pérdida auditiva en cada caso.