5 diferencias entre audífonos y amplificadores
Los audífonos están diseñados e indicados para compensar deficiencias auditivas. Por el contrario, un amplificador de sonido está destinado a ser utilizado por personas con audición normal que tienen el deseo o la necesidad de amplificar los sonidos en ciertas situaciones. De todas maneras, su uso se debe reducir a intervalos de tiempo muy breves, ya que su uso prolongado puede provocar daños en el canal auditivo.
A continuación te contamos cinco diferencias a tener en cuenta entre audífonos y amplificadores. Seguí leyendo.
1. Normas de seguridad
Los audífonos y los amplificadores de sonido, debido a su diferente finalidad de uso, se encuentran sometidos a diferentes normativas. Los requisitos de seguridad, eficacia, calidad e información; así como los procedimientos de evaluación y control que se aplican a ambos productos son distintos.
De esta manera, un audífono es un producto sanitario y como tal debe cumplir con normas legales de seguridad. Por lo tanto, los mismos deben estar autorizados por ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). En cambio, los amplificadores de sonido solo están sujetos a la normativa de aparatos electrónicos.
2. Audífono y procesamiento del sonido
El audífono procesa los sonidos graves y agudos tal y como lo necesita la persona según el grado de hipoacusia. Regula los sonidos que penetran en el canal auditivo con mayor calidad.
En cambio, el amplificador sólo aumenta la intensidad del sonido que ingresa al oído sin discriminar entre graves y agudos. No tiene en cuenta las necesidades auditivas del sujeto. Esto puede producir daños graves en el oído de la persona.
3. Adaptabilidad
Una persona llega a utilizar audífonos luego de asistir a un médico que determina si tiene un problema de audición. El audífono se regula y ajusta según necesidad de cada paciente para brindarle la solución adecuada a su diagnóstico.
Los amplificadores de sonido no se adaptan a las personas y por lo tanto su uso puede empeorar la pérdida auditiva.
4. Uso breve vs. uso prolongado
Los amplificadores de sonido son aparatos electrónicos, tienen menor complejidad tecnológica y menores funcionalidades que los audífonos. Acentúan sonidos en ciertas situaciones, como por ejemplo:
- Cuando el ruido ambiental pueda interferir.
- Ver televisión mientras otra persona duerme.
- Captar sonidos que pueden ser difíciles de percibir como en actividades de caza u observación de aves.
Los amplificadores están diseñados para ser utilizados durante un tiempo breve, por lo que su uso prolongado puede provocar daños en el oído.
5. Los audífonos son un producto sanitario, los amplificadores no
La prescripción del audífono la realiza un médico especializado en otorrinolaringología o un fonoaudiólogo/a. Este último es el encargado de adaptar la prótesis a la necesidad cada persona, ya que el audífono se debe acoplar perfectamente.
La finalidad de cada producto está determinada si se trata de un producto sanitario o de un aparato electrónico. Esta finalidad debe estar indicada claramente en el etiquetado o material promocional.
Los productos que se ofrecen al consumidor sin mencionar la necesidad de una evaluación audiológica previa no deben presentarse como audífonos. Al contrario, se deben presentar como amplificadores de sonidos y no deben estar indicados para compensar deficiencias auditivas.
Si sospechas que tienes pérdida auditiva, lo recomendable es realizarte un chequeo con un médico del área y los estudios correspondientes.